Los pecados de Philip Fleming
"Las conversaciones sexuales, pensó Philip mientras observaba a los demás, siempre contribuyen a aumentar la intimidad de un grupo. Los presentes pueden tener ideas y creencias diferentes e incluso contradictorias, pero apenas se habla de vida sexual, las personas se sienten unidas y las reúne más esto que un secreto compartido" (Wallace, I.).
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Fue un día que guiada por Claudia, mi amiga, me sumergía en las calles del centro de la ciudad de Tijuana (Baja California). Yo le había insistido para que me mostrara alguna librería de segunda mano, y ella, sin mucha resistencia, había accedido. Llegamos a una puerta con miles de stickers pegados en ella, y de pronto, se abrió. Era una pequeña casa que en lugar de tener muebles, tenía estantes con libros de varios géneros literarios; casi al concluir mi búsqueda, me topé con una mini sección de Irving Wallace. Conocía a este autor de tiempo atrás, gracias a una novela que había sido el regalo de un colega, y que por cierto, terminó siendo uno de mis libros favoritos, tal vez en otra ocasión les hable de ese titulo.
De esta mini sección de Wallace, llamó mi atención un titulo en particular "Los pecados de Philip Fleming". A decir verdad, no necesité ojearlo, solo me convencí de que sería una buena compra, y así fue. A continuación, les daré la breve sinopsis, para que se animen a leerlo.
Antes, he de cuestionarlos, ¿cuántos de ustedes no se han obsesionado con alguien?, ¿alguna vez han sentido la necesidad de dejar todo lo seguro y tranquilo, para ir a lo incierto y catastrófico?, ¿Han hecho lo impensable por compartir 5 minutos con esa persona especial, pese a que no sea lo correcto? O, sentir tanta atracción por alguien, que la ansiedad de no tenerlo cerca es casi mortal. Yo lo he sentido, y lo he vivido.
Y justo, lo anterior, es aquello que en este libro se cuestiona todo el tiempo: moralidad y deseo; el bien y el mal.
Philip Fleming, es un escritor de guiones cinematográficos, el cual, está esperando su momento de éxito. Es padre de familia, no muy ejemplar, y tiene un matrimonio complicado, como todos los matrimonios. Pero, un buen día, aparece frente a su puerta la mujer de sus sueños, Peggy Degen. No me parece tonto llamarlo "amor a primera vista", o deseo fatídico, al final, son sinónimos. Solo piensen en la situación que se desencadena, ante la irrupción de un nuevo y prometedor amor, en la vida de un hombre de familia "casi" ejemplar. He aquí cuando Philip comienza a enrolarse en una aventura donde intenta tener un amorío, librarse de su detestable matrimonio, alcanzar el éxito profesional, pero sobre todo, superar el obstáculo más grande al que se ha enfrentado, la disfunción sexual temporal.
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En sus breves 258 páginas, Wallace, nos hace espectadores de la aparente injusticia y tortuosa vida de un hombre que intenta hacer lo que desea, pero no puede. Te hace reflexionar constantemente en el ¿Qué haría yo? Pone en juego el impacto de las decisiones, acciones y repercusiones que a veces los hechos más insignificantes logran tener. Pero sobre todo, nos da la cuenta de la delgada linea que existe entre "el amor y el deseo".
Este libro, me ha dejando pensando en lo efímeros que son los sentimientos, lo agresivos que son las necesidades del ser humano, del yo social, del yo consciente y del inconsciente, o como explica Freud, ello, yo y superyó. He pensando, en cuántas veces hacemos realmente lo que queremos, y cuántas lo que debemos, y si esto nos ha hecho más o menos felices, prósperos, o asertivos.
Es un libro que no pueden echar en saco roto, y cuando lo lean, y estén a punto de juzgar a Philip, siempre piensen en lo siguiente: "Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra".